La vieja Marsella y el Panier

Lugar y monumento históricos
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  • Façade principale
13SI000063_1_WEB.jpg13SI000063_2_WEB.jpg13SI000063_3_WEB.jpgFaçade principale

Presentación

Detrás del Hôtel de Ville se encuentra el corazón histórico de la ciudad llamado "Le Panier". El origen del nombre proviene del letrero de una posada "Le Logis du Panier", instalada en el siglo XVII.
El centro de la ciudad antigua se llama "Le Panier". Esta denominación viene del nombre de una fonda, " Le Logis du Panier " que estaba situada en el siglo XVII en la actual calle del Panier..

Maison Diamantée.
Después de haber sido construida por ricos propietarios de origen español e italiano, la Maison Diamantée pasó a estar habitada por grandes familias marsellesas más tarde se dividió, durante la Revolución. Ejemplo perfecto del manierismo en Provenza, la Maison Diamantée es excepcional tanto por el decorado de almohadillados en forma de punta de diamante de su fachada, como por las decoraciones en forma de artesonado de su escalera, única en Marsella. A finales del siglo XIX, acogerá a los trabajadores del puerto y a inmigrantes italianos.
A comienzos del siglo XX, la casa estaba en muy mal estado, y parecía que su destino no podía ser otro que la demolición. La asociación “Art et Charité” la recompra en 1922, y la dona a la Comisión de la Vieja Marsella. Declarada Monumento Histórico en 1925, se salvó de las destrucciones de 1943, y desde 1967 acoge el Museo de la Vieja Marsella. Alrededor de algunos grandes temas –las galeras del rey, la peste de 1720, el plan Lavastre, el traje marsellés, el mobiliario, las figuritas de Navidad y los naipes, el Museo se dedica a evocar la identidad y las tradiciones de la ciudad en diferentes épocas.
La Maison Diamantée es hoy uno de los raros símbolos de la ciudad vieja que desapareció, y de las viviendas patricias del rico barrio del Corps de Ville, dedicado al mar y a los negocios.

El Pabellón Daviel (Parcialmente declarado Monumento Histórico en 1945)
El Palacio de Justicia de Marsella fue edificado a mediados del siglo XVIII por los hermanos Gérard, arquitectos marselleses, sobre el antiguo emplazamiento de una vieja Casa de Justicia del siglo XVI. El edificio está construido a base de piedra rosada, procedente de las canteras de la Corona, y presenta una fachada relativamente estrecha, pero maravillosamente armoniosa, que toma prestado “el orden sencillo y feliz de las casas provenzales del siglo XVIII”. El saledizo, de poca profundidad, se ve coronado por un frontón alegórico, mientras que la planta noble está adornada con un espléndido balcón de forja constituido por paneles de los denominados “en margarita”, típicos del arte de los artesanos marselleses del siglo XVIII. Las esculturas, que representan la mano de la justicia y la antorcha de Temis, los angelotes que presentan las armas del rey (que fueron destrozados durante la Revolución Francesa) y los niños que presentan las Tablas de la Ley y el escudo de Marsella son obra del escultor Verdiguier.
Es desde ese balcón desde donde se proclamaban las sentencias revolucionarias abajo, la guillotina se alzaba sobre la plaza… En la época del Segundo Imperio se construyó un nuevo Palacio de Justicia, y a partir de 1875, y hasta el año 1893, la Escuela de Medicina ocupó el edificio, que más tarde pasó a ser un anexo del Ayuntamiento.

Grand Rue.
La Grand’Rue marca el trazado de la principal vía antigua, que todavía es visible en el Jardín de los Vestigios, y que se puede seguir hasta la Plaza de Lenche, donde se encontraba el ágora. El nivel de la vía griega se sitúa a 3 metros por debajo del nivel de la calle actual. En el siglo VI a. C. esta vía ya era una calle muy animada, puesto que daba acceso a los principales edificios públicos, y acogía mercados y actividades comerciales y artesanales. Por otra parte, tiene gracia saber que su función ha cambiado poco en 26 siglos. Una serie de calles que llevaban el nombre de las corporaciones de la ciudad salían de la Grand’rue en dirección del Puerto, lugar donde se llevaban a cabo todas las actividades económicas de la ciudad.
Hôtel de Cabre.
En la esquina de la calle de la Bonneterie y la Grand’rue se encuentra el Hôtel de Cabre. Este palacete, construido en 1535 en una curiosa mezcla de estilos gótico y renacimiento, por Louis Cabre, negociante y cónsul, es una de las casas más antiguas de Marsella. Cuando se destruyeron los viejos barrios en 1943, esta casa se libró, pero por razones de urbanismo fue desplazada en una sola pieza sobre gatos hidráulicos, y se giró 90º para alinearla con las calles actuales. Las fachadas fueron declaradas Monumento Histórico en 1941.

Hôtel Dieu
El hospital del Saint-Esprit, creado en el siglo XII, fue ampliado a lo largo de los siglos, y se unió al hospital Saint-Jacques de Galice en el siglo XVI. Se convirtió en el Hôtel-Dieu un siglo más tarde. Su reconstrucción fue llevada a cabo entonces por un sobrino del célebre arquitecto Hardouin-Mansart su vasto proyecto no se realizó más que de manera parcial, y no es hasta la época del Segundo Imperio cuando el Hôtel-Dieu adoptará su fisonomía actual. En efecto, como en todos los edificios hospitalarios del siglo XVIII, el edificio estaba cerrado por los cuatro lados, y repartido en dos patios principales, uno para las mujeres y otro para los hombres. El arquitecto Blanchet decidió abrir el hospital al sur, y terminó las dos alas con pabellones. Los tres pisos se abren a galerías de circulación, típicas también de la arquitectura de hospitales. Las escaleras son obra de Joseph-Esprit Brun y, como en el Ayuntamiento, es de admirar la estereotomía de las bóvedas, y las rampas en hierro forjado son un bello ejemplo de la forja marsellesa del siglo XVIII. El Hôtel-Dieu está inscrito en el Inventario Suplementario de los Monumentos Históricos desde 1963.
Desde la Antigüedad, Marsella ha venido ocupando siempre un lugar importante en la práctica médica y en la investigación científica, y todavía hoy la medicina es uno de los sectores punta de la ciudad.
Sobre la terraza del Hôtel-Dieu se encuentra un busto en bronce que representa a Jacques Daviel. Era un oculista que se hizo ilustre en Marsella durante la peste de 1720. En 1745 realizó por primera vez en el mundo, en el Hôtel-Dieu, una operación de cataratas por extracción del cristalino. Tres años más tarde fue nombrado oculista del rey Luis XV.

Iglesia de los Accoules.
Desde el siglo XI se levanta aquí una pequeña iglesia parroquial dedicada a Notre-Dame des Accoules el origen de ese nombre todavía se desconoce, dándose la hipótesis de que provenga de las pequeñas anclas depositadas allí a guisa de exvoto, o bien de los arcos de bóveda que sostienen el edificio. En el siglo XIII se reconstruyó la iglesia, así como el campanario de la Tour Sauveterre, que tocaba a rebato y convocaba al Concejo de la Ciudad. El conjunto fue arrasado en 1794, y la iglesia se reconstruyó sobre una planta central poco antes de la época de la Monarquía de Julio. En el antiguo emplazamiento de la iglesia primitiva se edificó un gólgota de piedra “en expiación de todos los crímenes cometidos durante la Revolución”. Igualmente, durante el siglo XIX se rehizo la aguja del campanario, que se encuentra inscrita en el Inventario Suplementario de Monumentos Históricos en 1964.
Le Préau des Accoules.
En 1863 el observatorio, que se había quedado demasiado pequeño, fue trasladado a la cumbre de Longchamp. Desde entonces, se instaló en los antiguos locales del observatorio una escuela, mientras que el Préau des Accoules fue rehabilitado en la sala de la Academia de Bellas Artes, Letras y Ciencias, realizada por Joseph-Esprit Brun. Este museo está dedicado en su totalidad a los niños, y presenta una serie de actividades culturales relacionadas con las grandes exposiciones que se presentan en los museos de Marsella.

La plaza de Lenche.
La plaza de Lenche está situada sobre el emplazamiento de la antigua ágora griega, desde la cual los ciudadanos podían vigilar las actividades del puerto. En su origen, la plaza estaba cerrada por sus cuatro lados, y en el siglo V San Casiano fundó en el lado sur un convento para las religiosas de San Salvador, dando de frente, así, con el monasterio de Saint Victor, en la otra orilla del puerto. En el siglo VIII, estas religiosas se cortaron la nariz para horrorizar a los sarracenos y poder escapar así de su lubricidad por este motivo recibieron el nombre de “desnarado”. Bajo la plaza están las cuevas de San Salvador, que serían de hecho las cisternas de la ciudad griega del siglo III a. C. declaradas como Monumento Histórico en 1840, están consideradas como un monumento intacto de la Antigüedad.
El nombre de Lenche viene de una familia corsa, los Lincio, que durante el siglo XVI dejó un fuerte rastro sobre la plaza, en donde instalaron un taller de coral, algunas tiendas y donde también se hicieron construir un suntuoso palacete. En 1553, Thomas Lenche funda la Compañía del Coral, para explotar el coral sobre las costas de Argelia, y en 1561 la Compañía fundó el Bastión, para servir de base a sus operaciones marítimas y comerciales (se trata de un establecimiento que puede considerarse el inicio de la presencia francesa en Argelia). Convertida en una de las más ricas familias de comerciantes marselleses, la familia estableció a continuación una serie de brillantes alianzas matrimoniales, que incluso le valieron en 1660 el honor de recibir a Luis XIV durante su estancia en Marsella.
Sin estar en el centro de las destrucciones de los Barrios Viejos ocurrida durante la segunda guerra mundial, la parte sur de la plaza fue demolida según los planes de las autoridades alemanas durante el invierno de 1943, y en su lugar se reconstruyeron inmuebles por los arquitectos del hormigón. Se abrieron perspectivas hacia el Puerto Viejo, y por todas partes se colocaron estatuas, para testimoniar la vocación portuaria del barrio.

La antigua Charité
En 1640 el Concejo de la Ciudad decide, siguiendo la política real de “gran encierro de los pobres”, “encerrar en un lugar limpio y escogido a los pobres nativos de Marsella”.
En 1670, una asociación caritativa perteneciente al Consejo de los regidores confió a Pierre Puget, arquitecto del rey e hijo del barrio, la realización de un Hospital General para acoger a los mendigos y a los pobres. El proyecto no se llevará a cabo, y no es hasta 1671 cuando se pone la primera piedra de lo que terminará siendo una de las más bellas obras arquitectónicas de Pierre Puget, pero el conjunto no será terminado hasta 1749.
Se compone de cuatro alas de edificios cerradas al exterior y abiertos por una galería a 3 niveles sobre el patio rectangular del interior. Los tres niveles reparten también el ritmo de la vida en el interior del edificio, dando acceso a vastos espacios colectivos, tanto para trabajar como para vivir, separando siempre las mujeres de los hombres.
En el centro del patio, la capilla construida entre 1679 y 1707 constituye la obra arquitectónica de mayor importancia que Pierre Puget realizó nunca en su ciudad natal. Esta capilla de cúpula ovoidal es un ejemplo perfecto del más puro barroco italiano. La fachada actual, que quedó sin terminar desde el siglo XVIII, data de 1863, y retoma el tema de la Caridad acogiendo a los niños indigentes, rodeada por dos pelícanos que alimentan a sus crías.
Tras la Revolución Francesa, y hasta finales del siglo XIX, la Charité fue un hospicio reservado a los ancianos y a los niños. En 1905, el edificio fue ocupado por el ejército, y más tarde servirá de abrigo a los más pobres. Tras la segunda guerra mundial, el arquitecto Le Corbusier llama la atención sobre el edificio, y denuncia su estado de abandono. Destinado a la demolición, finalmente será declarado Monumento Histórico en 1951. A partir de 1968, gracias a las leyes Malraux, será restaurado de forma admirable desde 1986, la antigua Charité es un centro multidisciplinar de vocación científica y cultural, que alberga museos y que recibe exposiciones itinerantes. Situado en el centro mismo del barrio del Panier, se ha convertido en un lugar de visita imprescindible para los turistas.

La plaza des Moulins.
El emplazamiento de la plaza des Moulins se conocía desde la Antigüedad, y forma el punto culminante de la vieja ciudad. Esta parte alta de la ciudad jugaba un papel defensivo, y en él se instalaron cañones para hacer frente a las agresiones marítimas y terrestres.
Paralelamente, la plaza fue ocupada durante mucho tiempo por molinos, cuyas aspas eran movidas por el viento. En 1596 todavía se contaban una quincena de molinos, que daban a Marsella una fisonomía muy particular. Pero la utilización del agua como fuerza motriz iba a obligar a los molinos a abandonar poco a poco su actividad. En el siglo XIX solamente tres molinos subsistían, cuyos cimientos todavía se pueden ver en nuestros días.
A mediados del siglo XIX, la ciudad hizo arrasar los edificios existentes, con el objeto de crear una plaza arquitectónicamente más homogénea, con sus árboles, su campo de bolos, y más tarde su escuela, que le confería un aspecto pueblerino. Bajo la plaza fueron creadas, en 1849, unas cisternas que suministraban agua a la ciudad. La Comisión de Interés por el Barrio del Panier estudia actualmente un proyecto de Museo sobre “la Historia del agua en Marsella”.
Desde 1983, la ciudad de Marsella ha emprendido la rehabilitación del Barrio del Panier, y una fase inicial de los trabajos se ha dedicado a devolver a la plaza des Moulins su aspecto amable.
Periodo (s) de aperturaDel 01/01 al 31/12, todos los dias.
Información general
  • Parque :
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Servicios, Visitas, Animaciones
  • Patrimonio histórico :
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Datos
La vieja Marsella y el Panier
13002
Marseille
Tel : +33 8 10 81 38 13
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Le Vieux Marseille et Le Panier
13002
Marseille
Coordenadas GPS
Latitud : 43.298233
Longitud : 5.366802